1. TRANSMISION DEL CALOR CORPORAL DEL CABALLO

 

El calor  corporal del caballo es 38ºc , es decir, más caliente que el cuerpo humano; el cuerpo del caballo se puede aprovechar como instrumento calorífico para distender y relajar musculatura y ligamentos. La relajación de los aductores provoca la liberación del cinturón pélvico, adquiriendo más elasticidad y flexibilidad, recuperando así la posición vertical correcta y su funcionalidad para la adaptación al movimiento del lomo del caballo.

 

2. TRANSMISIÓN DE IMPULSOS RITMICOS DEL LOMO DEL CABALLO AL CUERPO DEL JINETE

 

El caballo transmite por medio del movimiento de su lomo impulsos rítmicos al cinturón pélvico, a la columna vertebral y a los miembros inferiores del jinete. Al caminar en paso, se transmiten de 90 a 110 impulsos por minuto, al trote aumenta la cantidad e intensidad de estos provocando reacciones de equilibrio y enderezamiento del tronco y fortaleciendo los músculos dorsales y abdominales.

 

De esta forma, se convierte en el único tratamiento por medio del cual el paciente está expuesto a movimientos de vaivén que son enormemente similares a los que realiza el cuerpo humano al caminar. El  paciente no se enfrenta pasivamente al movimiento, sino que se ve obligado a reaccionar frente a una serie de estímulos producidos por el trote del caballo. Debe adaptarse y responder frente a múltiples y diferentes sensaciones.

 

El movimiento del caballo tiene además la gran ventaja de ofrecer una enorme variedad de ritmos cadenciales, suponiendo la posibilidad, desde el punto de vista terapéutico, de graduar el nivel de sensaciones que el paciente recibe.

 

El movimiento intestinal se estimula por el movimiento pélvico, corrigiendo así irregularidades de la digestión causadas por falta de locomoción. La posición erecta  del tronco libera el diafragma, haciendo la respiración más profunda y se regulariza su ritmo, convirtiéndose la equinoterapia en un poderoso auxiliar en disfunciones respiratorias.

 

3. TRANSMISION DE UN PATRON DE LOCOMOCION EQUIVALENTE AL PATRON FISIOLOGICO DE LA MARCHA HUMANA  

 

El caballo nos da la posibilidad de caminar sentado, gracias a su movimiento tridimensional que iguala el patrón fisiológico de la marcha humana.

 

El propósito de este principio es automatizar el patrón fisiológico de  la marcha, establecer flexibilidad y elasticidad de los ligamentos pélvicos, disolver contracturas musculares y propiciar un balance dinámico del tronco y de la cabeza hacia su estabilización.

 

Este principio es de gran importancia para personas con problemas de locomoción,  el patrón fisiológico de la marcha humana realizado por el paciente,  durante la monta, se grava en el cerebro y con el tiempo se automatiza,  posibilitando su transferencia a la marcha pedestre (Strauss 1991). 

 

La equinoterapia aprovecha el movimiento y calor del caballo para la estimulación de músculos y articulaciones del jinete. Se produce así una reacción, no  sólo muscular, sino también sensorial.  El paciente recibe un estímulo físico en todo su cuerpo, haciendo que zonas jamás estimuladas físicamente, reciban impulsos. Permitiendo al jinete experimentar, paulatinamente, una mejoría global.

 

 

EQUITACION Y SALUD

 

Los caballos transmiten grandes beneficios físicos, psicológicos y pedagógicos a cualquier persona que los monte, siempre y cuando adopte la postura correcta respetando la biomecánica natural del cuerpo humano.

 

Se tienen mejoras importantes en el fortalecimiento y desarrollo  las siguientes áreas:

 

Área emocional.- Mejora la autoestima y la auto-imgen, el control emocional y la autodisciplina, aumentando el interés en el mundo y en la propia vida, aumenta la confianza en uno mismo, relajación y reducción de la ansiedad

 

Área educativa.- Se desarrollan los procesos cognitivos básico: atención, memoria, secuenciación, discriminación, planificación, mejoras en lectura,  concentración, atención, respeto a reglas, aprendizaje de las tareas y técnicas básicas ecuestres.

 

Área psicomotora.- Aumenta el conocimiento del esquema corporal, la independencia segmentaria, el control del gesto, la utilización del sentido, mejora en la postura y equilibrio. Ayuda al desarrollo de la psicomotricidad fina, fortalece el estado muscular.

 

Área relacional y comunicativa.- Incremento de la cantidad de interacciones sociales durante la terapia ecuestre y fuera de ella, se amplían las experiencias vitales, el respeto hacia los animales y la naturaleza que les rodea, se intensifica la intención comunicativa y la articulación de las palabras.

 

El simple hecho de pasar tiempo con los caballos, ya sea montando por placer, por deporte o como terapia es benéfico para todas las personas desde el punto de vista mental, emocional, físico, espiritual.